El vigilante de una clínica de la Misión Sonrisa, Ángel Luis Marcano Cermeño, de 27 años, falleció la noche del sábado, después de recibir tres disparos cuando estaba en Guanta
Guanta.- Una muerte jurada pesaba desde hace un lustro sobre el vigilante Ángel Luis Marcano Cermeño, quien trabajó tres de sus 27 años en la clínica de la Misión Sonrisa, situada en la urbanización Guanire de la capital del municipio Sotillo.
El victimario cumplió la amenaza el pasado sábado, tras ver al trabajador frente a una cauchera en el sector Chorrerón de Guanta, en la carretera que conduce a Cumaná.
Ángel Luis, a quien llamaban cariñosamente “Chicho”, estaba acompañando a su primo, el conductor Juan Carlos Marcano, de la misma edad, quien trabaja en la línea que cubre la ruta Guanta-Puerto La Cruz.
El conductor esperaba a que le repararan un caucho del automóvil marca Chevrolet-Malibú, color cobre, cuando llegó a las 4:30 pm un motorizado.
El sujeto le descerrajó al oficial de seguridad un tiro en el labio superior, otro arriba de la clavícula y uno en el hombro izquierdo. El asesino escapó en el vehículo de dos ruedas.
Juan Carlos Marcano trasladó a su primo al ambulatorio local, de donde lo remitieron al hospital del Seguro Social César Rodríguez del sector portocruzano Guaraguao.
A las 9:00 am, los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llevaron los restos de Marcano Cermeño a la morgue del hospital Luis Razetti de Barcelona.
Los expertos forenses le contaron a la víctima seis orificios de bala, de entrada y de salida.
Una fuente policial informó que identificaron al homicida del vigilante, y prosiguen con las averiguaciones para dar con su paradero.
Un pedazo del alma
El electricista José Luis Marcano efectuó los trámites en el Razetti para reclamar el cadáver de Ángel Luis, el segundo de sus tres hijos. Allí le dieron el pésame sus amigas, las dirigentes comunales Catalina Lemus y Ligia Rondón.
Al ser abordado por los periodistas, el señor afirmó que el presunto homicida de su muchacho es Jackson Alcalá Cariaco, de unos 27 años, quien está señalado de participar en otros asesinatos y robos en las carreteras.
“Nosotros vivíamos antes en la calle Las Casitas del barrio Colombia de Guanta, donde mi hijo y Jackson tuvieron un problema, del cual ignoro los detalles. Eso fue hace cinco años”.
Marcano aseveró que Jackson, quien sigue domiciliado en el mencionado sector, en aquel entonces iba a matar a Ángel Luis, quien logró salvarse porque se montó rápido en un carro que pasó por la vía guanteña.
El hombre dijo que minutos después el individuo fue a su domicilio para advertirle: “A Chicho que se cuide, porque lo voy a matar”.
José Luis Marcano indicó que a raíz de semejante amenaza, la familia se mudó para la barriada Valle Lindo de Puerto La Cruz.
Preguntamos si pedía justicia, y el padre respondió decepcionado: “Vamos a decirle que sí”. Luego comenzó a llorar y expresó: “Él (Jackson Alcalá Cariaco) me arrancó un pedazo de mi vida, de mi alma, a mi hijo”.
Descendiente
Un niño de dos años tuvo Ángel Luis Marcano con su esposa, la manicurista Norbelis Rojas. Ella y sus suegros, José Luis Marcano y el ama de casa Milagros Cermeño, están desconsolados por la muerte trágica del joven.