Familiares de privados de libertad, indicaron que cuando visitan a los detenidos, son sometidos a un proceso de revisión que en muchas ocasiones es abusivo
Barcelona.- Humillada. En una palabra Luisa describe cómo se siente cuando va al Internado Judicial José Antonio Anzoátegui, en Puente Ayala, de Barcelona a visitar a su hijo que tiene varios meses allí recluído.
Luisa es un seudónimo que utiliza esta mujer que no quiso mencionar su verdadera identidad por vergüenza a que la reconozcan en el barrio barcelonés donde vive.
“Me manosean por todos lados. Luego me quitan prenda por prenda. Me mandan a saltar y hasta a pujar. Eso dizque porque me puedo meter algo por allí (sus partes íntimas)”, señaló un poco apenada.
Además, se quejó de que eso sólo lo hacen con un grupo pequeño de visitantes. Asegura que otras personas, hombres y mujeres, pasan y no les tocan ni un pelo.
Cuando tienen que llevar comida, no hay presentación que valga, supuestamente se la destrozan toda para revisar su contenido.
Según las autoridades de los centros de reclusión, esas son algunas medidas de seguridad para evitar trifulcas dentro de las celdas, pero aparentemente no ha funcionado del todo, pues en la cárcel de Puente Ayala, el 2 de febrero murió un recluso dentro de una celda por un tiro que le dio uno de sus compañeros, en la cabeza.
Sedes policiales
El supervisor agregado del Centro de Coordinación Policial de Puerto la Cruz, Richar Ríos, señaló que para las visitas, las mujeres son revisadas por femeninas y “sin abusos”.
Además, las comidas tienen que ser traídas en envases plásticos y las bebidas deben ser transparentes (nada de batidos, maltas o refrescos de cola). De igual manera, el jefe del CCP señaló que la comida es revisada por el policía de guardia con un tenedor para verificar que no ingresen objetos cortantes o armas, dentro.
En el Cicpc de Barcelona, donde hay celdas de reclusión temporal, la situación es similar.
La comida la pasan en bolsas y al igual que los líquidos. Las medidas las implementaron luego de que con un punzón, el 17 de marzo, asesinaran a Marco Antonio Carranza (30 años).
En tres platos
En lo que va de año siete reos de diferentes centros de reclusión han muerto de forma violenta. Cuatro dentro de la cárcel de Puente Ayala, uno en el Cicpc de Barcelona, otro en CCP de El Tigre, y uno en el de Barcelona.
Dos de los reclusos de Puente Ayala murieron al ser abatidos por funcionarios de la Guardia Nacional, pues intentaba evadirse del internado judicial. El caso más reciente fue el de Juan Antonio Vásquez Guzmán (38 años), asesinado a golpes.
En el CCP de Puerto La Cruz fueron suspendidas dos visitas, luego de que mataran a golpes a Jesús del Valle Brito, de 19 años de edad. Supuestamente el chamo se quedó dormido cuando montaba guardia de centinela y por eso sus compañeros lo agredieron.