Privados de libertad del Internado Judicial José Antonio Anzoátegui de Barcelona y de otros calabozos de las policías de la zona norte, se niegan a ser trasladados a los tribunales
Barcelona.- Los privados de libertad del Internado Judicial José Antonio Anzoátegui de Barcelona, mejor conocido como el infierno de Puente Ayala, iniciaron ayer una protesta pacífica denominada “desacato judicial”.
Uno de los voceros del centro penitenciario y quien se identificó como “Allan”, indicó que la medida fue acatada por los reclusos de todos los calabozos de la entidad.
“A partir de hoy (ayer) ninguno de nosotros saldrá a tribunales, sólo habrá salidas en caso de emergencias médicas”, manifestó.
Señaló que la medida se debe a que las autoridades penales están tomando decisiones “no ajustadas a derecho” y complaciendo al Ministerio Público (MP), por lo que piden la destitución de Linda Fernanda Silva, presidenta del Circuito Judicial Penal del estado.
El representante de los manifestantes dijo que también están inconformes con la Corte de Apelaciones.
Acotó que la “huelga” seguirá hasta que la ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario (Mppsp), Iris Varela, visite el penal y escuche las peticiones de los internos a fin de que solucione la situación que ellos consideran “irregular”.
En las rejas del principal centro de reclusión barcelonés, los internos colocaron pancartas donde dieron a conocer sus reclamos y peticiones.
En Puente Ayala hay al menos dos mil 400 internos, que están ubicados en diferentes áreas.
Situación similar
La mañana de ayer, los detenidos que permanecen en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) subdelegación Barcelona, también se negaron a ser llevados a los tribunales.
El jefe de esa subdelegación, comisario Franklin Morales, manifestó que tras conversar con ellos accedieron a los traslados.
Indicó que algunos privados de libertad estaban reclamando el hacinamiento en que se encuentran.
Acotó que tras la situación que se presentó realizaron una requisa de rutina en la que encontraron punzones y teléfonos celulares, además de otros objetos.
Solángel Vásquez, quien tiene un hermano detenido por robo, expresó que los reclusos son golpeados todos los días y no les pasan la comida como debe ser.
“No sabemos cuál es la situación de ellos después de la requisa”.